“Terminando
el año corriendo (Parte 1ª)”. Como siempre,
la mejor manera de terminar el año a nivel deportivo es participar en alguna de
las tradicionales carreras de San Silvestre que se celebran por casi cualquier
municipio. Este año la 1ª en la que participé fue, por segundo año consecutivo
la de Altea: 3.9 Km a una única vuelta, circuito bastante completo (llano,
bajadas, subidas, callejeo por el casco antiguo, etc.) y un precio más o menos
asequible (5€). Mucho ambiente en la línea de salida, con un gran número de
corredores disfrazados que daban color a la fría tarde. Junto a mis compañeros
del CAB pasé los momentos previos (viaje hasta Altea, calentamiento,
estiramiento, fotos, etc.), bastante amenos por cierto, mientras se acercaba el
momento de la salida. Pocas expectativas para una carrera tan corta en la que
lo normal es ir a tope, y además de lo poco cómodo que voy yo a velocidades
altas, se suman los excesos de estas fechas navideñas. Como la idea era hacerlo
lo mejor posible sin presión, decidí dejarme el cronómetro en casa y correr por
sensaciones, sin obsesionarme con el ritmo. Destacar que normalmente las
carreras de San Silvestre me las tomo como una pachanga, pero este año, quise
aprovechar mi estado de forma para intentar apretar un poco y ver qué
rendimiento podía dar (y amortizar los 5€...todo sea dicho)
A
las 19:30 se dio la salida, y debido a la estrechez de los primeros metros salí
bastante rápido, con la intención regular una vez pasado el atasco. Y así lo
hice, una vez conseguí espacio libre, amolde el ritmo a mis posibilidades. Los
corredores me adelantaban como balas en el primer tramo de carrera, primero en
bajada hasta la zona del espigón y luego llano hasta el puerto. Poco a destacar
en este tramo: un corredor se cayó al tropezar con una mediana debido a la oscuridad de esta zona; (pensé
que se había “matado” del golpe que se dio), bajé el ritmo para retroceder para
ayudarle, pero por detrás, varios corredores pararon, así que continué. Pese a
que perdí un poco de ritmo, continué sin problemas, hasta quedar en tierra de
nadie, a ritmo constante y bastante alto. De momento me encontraba bien, así
que, a continuar. Poco a poco llegamos hasta el puerto, donde giramos a la
derecha, para coger una subidita buena (ya conocida de otras carreras). Aquí el
ritmo ya cambió, pero aún tenía fuerzas para continuar sin quedarme colgado a
mitad de cuesta. Volviendo hacia el centro del municipio de nuevo recupero el
ritmo máximo que podía llevar, ahora por una zona de subidas y bajadas, por
estrechas calles hasta llegar a la 2ª subida fuerte del recorrido, de nuevo en
el centro de Altea. Mucho público al inicio de esta subida, cosa que siempre se
agradece. Ahora sí ya iba acusando el alto ritmo, y las fuerzas empezaban a
flaquear; de todas formas, no quedaba mucho, así que había que echar el resto.
Terminada la subida, ligera bajada, varios giros, una bajada corta pero
intensa, y por fin el último giro a la derecha, en el que se veía la meta al
fondo. Había ido casi al límite toda la carrera y llegaba medio muerto; en la
recta final, apreté lo que pude, dejándome llevar por el ánimo y los aplausos
del público. Miré el crono, y las previsiones más optimistas se habían
cumplido.
Tiempo
oficial: 16:42
Tiempo
real: 16:40 (4:16 m/Km)
Puesto
de llegada: 65 (228 entrados en meta)
Después
de cruzar la meta (y de poner buena cara para las fotos), me empecé a encontrar
mal durante unos segundos: es lo que tiene ir a muerte y parar de golpe. Pasado
un minuto, me recuperé sin problemas y continué hasta las zona donde se
devolvía el chip y te entregaban la bolsa del corredor: camiseta técnica, agua,
gominolas y coca cola.
Respecto
a la carrera, muy buena marca y muy buen ritmo de promedio, mejor incluso de lo
que pensaba hacer, así que, muy contento. Eso sí, he ido a tope, y en algunos
momentos iba sufriendo de lo lindo: no estoy acostumbrado a estos ritmos tan
altos y me cuesta controlarlos y además notaba como las piernas se me cargaban
mucho. Vamos, que no voy nada cómodo a estas velocidades. Pese a todo, me quedo
con la lectura positiva de que puedo hacerlo. Es cuestión de entrenar, y
mejorar. Y una cosa hay que tener clara: sin sufrimiento, no hay mejora.