“La
guinda del pastel”. Por
fin llegaba el momento de echar el resto, de arriesgar, de intentar darlo todo
y poner el broche de oro a la temporada, después de varias carreras obteniendo
unos resultados increíbles y mejorando mucho mis marcas. Ahora el objetivo era
bajar de 1:35:00 en la Media Maratón de Murcia, la última que iba a hacer esta
temporada con intención de competirla al 100%. Con esta dosis de ánimo,
positivismo y también de presión, llegó el gran día. En autobús y junto a mis
compañeros del CAB nos plantamos en la salida con tiempo suficiente para
recoger el dorsal, tomar café, echarnos unas fotos y prepararnos para el
asalto. Poco ambiente a primera hora en la zona de salida, el cual en pocos
minutos se convirtió en un hervidero de runners dispuestos a asaltar Murcia. La
mañana era fresca, con el cielo nublado, lo cual propiciaba unas óptimas
condiciones para correr. El circuito era bastante parecido al de la edición de
2010 en la que participé: recorrido llano, a dos vueltas prácticamente iguales
que discurre casi en su totalidad por grandes avenidas. Después de calentar y estirar bien, todos los
compañeros del CAB nos situamos bastante adelantados en la salida evitar
quedarnos cortados por la multitud, ya que además de la Media Maratón, se celebraba
un 10K simultáneo; además, es
interesante salir delante de los pelotones de las brigadas paracaidistas y del
ejército, ya que pueden entorpecer bastante en esta estrecha salida (uno de los
poco aspectos negativos de la carrera) si quieres salir bien y no perder mucho
tiempo.
Todo
preparado, estrategia fijada: 1ª vuelta intentar hacerla aproximadamente en
45:00 (a 4:30 m/Km), y en este punto, las sensaciones deberían ser muy buenas
para afrontar la 2ª vuelta con ánimo y con garantías de cumplir el objetivo. Mi
compañero del CAB Raúl se ofrece a hacer de liebre para ayudarme a conseguir el
objetivo, así que, ahora sí que ya no se podía fallar. A las 10:00 se dio la
salida, y en los primeros 200 m. tratamos de quitarnos gente de encima y
abrirnos paso hasta campo abierto, y una vez con hueco, empezamos a marcar un
ritmo cómodo y constante. Formamos un trío del CAB (Raúl, Paco y yo), metimos
la 5ª y a la batalla. Durante los 2 primeros Km's, la carrera discurría por una
de las orillas del río Segura en sentido de ida y vuelta, con lo que primero
nos íbamos cruzando con la cabeza de carrera, y tras el giro de 180º, con la
cola, pudiendo apreciarse el gran número de corredores que participaban entre
ambas pruebas. Cruzamos al otro lado del
río por el puente del hospital, pasamos por delante del ayuntamiento y giramos
hacia la derecha para callejear por el centro de Murcia. De momento las
sensaciones y el ritmo de carrera eran inmejorables (nos movíamos entre 4:20 y
4:30 m/Km), y Raúl nos iba marcando el ritmo de escándalo. Poco a poco
empezamos a adelantar a corredores, y la moral empezaba a subir, aunque había
que tener cabeza, que aún quedaba mucho. Tras el Km 5, el avituallamiento, y ya
regresábamos para completar la 1ª vuelta prácticamente por el mismo recorrido.
Las grandes avenidas de Murcia estaban un poco desiertas de gente y eran pocos
los aplausos y ánimos que recibíamos, pero al estar tan metidos en la faena,
casi ni pude apreciarlo. Aproximadamente en el Km 7 volvíamos a correr junto al
río buscando el puente del Hospital de nuevo, para después dar una vuelta por
un parque para buscar la zona de salida/meta. Mi liebre particular iba unos
metros por delante, marcando un ritmo constante, y girándose cada cierto tiempo
para comprobar que todo iba bien: bien no, perfecto. Paco y yo de momento
seguíamos la marca sin problema. Como suele ser habitual, los paneles con la
indicación de los Km's empezaban a descuadrar con los Km's que marcaba mi Gps,
así que me centré en los carteles, y sólo tomaba la referencia del Gps del
tiempo y del ritmo. Después de una recta, giramos a la derecha y a 500 m.,
después de una zona vallada con mucho ambiente de público se encontraba la
meta. Pero para eso, aún nos quedaba dar otra vuelta!!! A unos 150 m. de la
meta, giramos 180º para pasar de nuevo bajo el arco de salida, que en esta
ocasión nos marcaba los 10 Km. El tiempo, 44:12, mejorando las previsiones
ligeramente, pero lo que es mejor, con unas sensaciones muy buenas. Raúl se
giró para preguntar cómo iba: respuesta positiva con pulgar hacia arriba, eso
sí, ahora cada vez iba a ir más justo, así que a ver cómo iba a responder ante
la segunda vuelta, después de haber hecho una primera tan exigente. Pero bueno,
era el día, el momento, la hora de arriesgar. No podía reservar ni dejar nada
para otro día,... hoy era el día!. Así que nos lanzamos a por la segunda vuelta
con la misma intensidad que en la primera, si bien un pelín más rápidos,
espoleados por las buenas sensaciones y el tiempo conseguido. El recorrido era
el mismo, lo conocíamos, así que había que rematar la faena. El paso por una
orilla del río, giro de 180º, el puente y el paso por la otro orilla fue
bastante rápido, y pese a que el ritmo era bueno (en ocasiones incluso mejor
que el de la 1ª vuelta), el paso de los Km's y el cansancio ya empezaba a
aparecer. En el Km 12, Paco empezó a notar molestias en la rodilla y tuvo que
aflojar para no sufrir mucho. Raúl seguía tirando de mí, y empezaba a animarme
para que aguantase (se ve que empezaba a verme la cara de sufrimiento, jajaja).
En el Km 13 llevábamos una buena renta para bajar de 01:35:00, pero estábamos
entrando en territorio hostil, y la sombra de un desfallecimiento planeaba
sobre las calle de Murcia. Raúl no dejaba de animarme y de recordarme que
íbamos en tiempo de bajar la marca, y lo cierto es que ese ánimo me espoleaba
para continuar. De nuevo callejeando por el centro, notaba que estaba llegando
al límite de mi esfuerzo, que no podía dar más de lo que estaba dando y que ya
no estaba reservando nada: con esto había que llegar hasta el final. Eso sí,
muy animado y con mucha moral de ver que el ritmo no decaía...por el momento.
Pasado el 15, el avituallamiento Raúl me da su botella para que no tuviera que
acercarme a las mesas y así no romper el ritmo (que crack! me llevaba en
volandas...). Tras unos metros de incertidumbre y miedo al pinchazo, de nuevo
en la larga avenida que nos llevaba hasta el río y Raúl no dejaba de animarme y
tirar de mí. En sentido contrario venía una columna enorme de corredores que me
hizo reaccionar y darme cuenta que iba muy bien situado, marcando un tiempo
increíble, y que tenía que echar el resto; ese resto que ya no tenía pero que
tenía que sacar de donde fuera. De nuevo en el río, recuperé las sensaciones y,
aunque ya en piloto automático, apreté todo lo que pude. Cruzamos por última
vez el Segura para buscar el jardín Floridablanca (esta era la diferencia con
la 1ª vuelta). Rodeamos el jardín y continuamos en dirección al parque. Los
últimos dos Km's se me hicieron durísimos, si bien la segunda vuelta la
habíamos hecho a aproximadamente a 4:20 m/Km, ahora ya sólo era capaz de
mantener un 4:30 m/Km...y gracias. Aún así,
me parecía un ritmo buenísimo para estas alturas de la carrera. Giro por
el parque, y Raúl ya estaba totalmente
volcado en animarme para que apretara y cantándome el tiempo que íbamos a
conseguir. Último giro, y ahora sí, la zona vallada estaba a reventar!!! Al
fondo a 500 m., tras varios arcos hinchables estaba la meta. Hacía ya varios
minutos que no miraba mi reloj, porque sabía que iba a conseguir bajar la marca
y quería verlo en el crono de meta. La gente rugía con el paso de los
corredores, el speaker iba dando la bienvenida a los corredores y poco a poco,
no acercábamos. Raúl me pedía más...y yo ya no tenía nada de nada!!! A falta de
150m. saqué el último aliento que me quedaba para entrar en meta con firmeza (a
4:00 m/Km), donde el crono lo decía bien clarito: macho...hoy sí, hoy te lo has
currado!!
Tiempo
Oficial: 1:33:32
Tiempo
Real: 1:33:15 (a 4:26 m/Km. De escándalo!!!)
Puesto
de llegada: 419 (2115 corredores llegados a meta)
Tras
cruzar el arco de meta, un abrazo de agradecimiento con mi compañero, el cual
me llevó en volandas toda la carrera, sobretodo en la 2ª vuelta, cuando el
cansancio podía haberme dejado fuera de combate. Tras devolver el chip,
recogimos la bolsa del corredor , con camiseta técnica conmemorativa, agua,
fruta, chocolatinas, coca cola, etc. Poco a poco nos fuimos reuniendo con el
resto de compañeros del CAB, varios de los cuales también habían conseguido
marca personal.
La
alegría extrema que me recorría es imposible de describir: pese a que uno
siempre quiere superarse y sueña con estos tiempos, ser capaz de conseguirlos
me parece algo increíble. Y más aún con las pocas expectativas que tenía puestas
en esta temporada. Pero un buen resumen sería emocionado, contento, satisfecho
y agradecido.
Pues
con esta carrera aparco de momento las medias maratones hasta la temporada que
viene (aunque alguna caerá, no será para conseguir marca, sino para matar el
gusanillo). Eso sí, mi espíritu runner casi me impide disfrutar este dulce
momento, y ya estoy pensando en bajar de
01:30:00 la próxima temporada...