Los toboganes de la muerte: prueba superada. Ese fue el sentimiento que tuve nada más cruzar la línea de meta de la Volta a Peu de Teulada. Esta era la segunda vez que participaba en esta carrera y la verdad, tampoco llegaba muy preparado para el sufrimiento que me esperaba. Este año, el recorrido ha disminuido respecto al del año pasado y ha pasado de un poco más de 11 km a 10, aunque básicamente es el mismo del año pasado. Muy buena temperatura, tal vez demasiado calor para una carrera que discurre casi en su totalidad por las afueras, pero bueno, que se le va a hacer. Como de costumbre, una hora antes ya estábamos en la zona de salida, saludando a los compañeros y amigos, y como siempre, un gran ambiente de público y de corredores. Una vez uniformado, diez minutos de calentamiento, unos buenos estiramientos y a situarse en línea de salida. A las 7 en punto, la salida, y como siempre en estas carreras de la marina, todo el mundo sale como si les fuera la vida en ello. Yo, que no tenía ninguna intención de sufrir, empecé a buen ritmo pero conservando, con cabeza, que luego la carrera se hace larga. Tras un breve recorrido por el pueblo con dos subidas bastante pronunciadas que también se bajan, pasamos por línea de meta para enfilar la vuelta larga por las afueras. Como el recorrido es bastante duro, con subidas y bajadas, marque un buen ritmo pero guardando fuerzas para la parte final. Del Km 2 al 7 aproximadamente la ruta discurre entre campos, por caminos estrechos y a veces de tierra y con varios repechos que te hacen sufrir a cada Km. Pero la verdad es que durante este tramo me encontré bastante bien y las fuerzas me acompañaron dignamente, lo que me daba moral a cada paso. En el Km 5 el avituallamiento, el cual agradecí enormemente; eso sí, conservé la botella unos Kms para ir refrescándome en las cuestas que aun me quedaban. Del 6 al 7 encontramos una de las partes más duras de la carrera, la subida que da acceso a la carretera que nos lleva de regreso al pueblo. Aquí había que darlo todo, y animado por las buenas sensaciones que tenía hasta el momento, apreté lo que pude en cada rampa, en cada una de las curvas que me iban llevando hasta la cima, hasta que por fin llegué a la carretera. Una vez sobre el asfalto, iniciamos el largo descenso, con varios toboganes intercalados, acercándonos cada vez más a la meta. En este tramo no reservé nada pese a que las cuestas aun no habían terminado, pero mis sensaciones eran muy buenas y tenía que aprovechar y tirar hasta que pudiera. De esta manera marque un ritmo vivo, que se veía recompensado al adelantar a un gran número de corredores en la bajada y en los toboganes. En el Km 9, ya casi entrando en el pueblo, mis fuerzas comienzan a resentirse y empecé a sufrir, sobre todo al afrontar la última de las cuestas. A falta de menos de un km para la meta, una bajadita ligera que nos llevaba de nuevo al centro del pueblo, así que apreté todo lo que pude para marcar un buen tiempo. Con mucho ánimo y casi sin fuerzas, recorrí los últimos 300 metros, llenos de público animando a los corredores, animado por el tiempo que vislumbraba en el crono bajo el arco de meta. Parecía que pese a los malos presagios, me había superado a mi mismo en la prueba más dura de la Marina.
Tiempo Oficial: 46:51
Tiempo Real: 46:40
Posición de llegada: 334 (1015 entrados en meta)
Después de la gesta, recogida de la camiseta conmemorativa, agua, coca cola y barritas energéticas. Muy buenas sensaciones para la carrera que yo considero la más dura del circuito (junto con la de Benissa). Esto me da moral para las siguientes, lo cual se agradece porque llevaba un par de carreras que terminaba con sabor agridulce. A seguir mejorando!!!
Ruta para correr
